¿Quién no ha soñado alguna vez con darle un bocado a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. ¿Será dulce o salada?, se preguntaban. Tan sólo querían probar un trocito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, a la tortuga se le ocurrió una genial idea : quizás entre todos podamos alcanzarla
Esta es una historia de deseos que aparecen a primera vista inalcanzables, como la luna, pero consiguen hacerse realizar gracias a la cooperación.
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